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‘La fábrica de Chicharitos’ del Este de Los Ángeles

Vea el reportaje audiovisual: La fábrica de Chicharitos

Por Aitana Vargas 

Justo cuando el sol invernal se oculta detrás del horizonte, un grupo de niños latinos calienta motores y se dispone a saltar a un campo de fútbol en el Este de Los Ángeles. Son apenas las seis de la tarde cuando las luces se encienden y arranca la primera sesión de entrenamiento donde niños y niñas corren de un lado a otro y golpean el esférico con energía.

De lunes a viernes, en esta fábrica de Chicharitos en potencia, confluye la ilusión de decenas de pequeños venidos de Bell, Huntington Park, Boyle Heights y otras comunidades vecinas. Aquí, todos los niños sueñan con poder vestir algún día los colores de las camisetas de sus respectivas selecciones nacionales. Y la gran mayoría de chavales, encuentra en el Chicharito su fuente de inspiración, porque este jugador mexicano ha conquistado, en la Premiere League inglesa, el respeto de los exigentes aficionados del Manchester United.

Pero si ahora los pequeños gozan de un campo en condiciones óptimas donde dar rienda suelta a su pasión y habilidades deportivas, hace siete años no era así.

“Antes jugábamos en el lodo”, comenta Carlos Martínez, el entrenador de los mini futbolistas. Todo cambió en el año 2011, cuando varios representantes del Manchester City aterrizaron en esta zona deprimida del sur de California para instalar un campo de hierba artificial y porterías nuevas. Cambiaron, también, los balones desinflados por esféricos sólidos y potentes que aguantaran los embistes de los niños. Y bautizaron el programa “CitySoccer in the Community”.

El cometido principal de esta iniciativa es introducir el fútbol en la vida de los niños de comunidades marginadas, donde existe un mayor riesgo de exclusión social y una mayor vulnerabilidad ante problemas como la drogadicción o las pandillas. El objetivo prioritario es, por tanto, alejar a los pequeños de una vida a la deriva y ayudarles a crear mejores oportunidades de futuro. Este fin adquiere aún más protagonismo en una zona como el Este de Los Ángeles, donde más del 95% de la población es latina, la tasa de desempleo asciende al 19%, y el 90% de las familias vive por debajo del umbral de la pobreza.

Para Anna Araujo, Directora Ejecutiva del Club de Niños y Niñas del Este de Los Ángeles, la espina dorsal del programa es que “los niños aprendan a ser un mejor ser humano, que aprendan cómo ser amigos de personas que pertenecen a otras comunidades y barrios”.

Durante las sesiones de entrenamiento, a los niños se les inculca la ‘disciplina’ con la idea de que puedan aplicarla dentro y fuera del terreno de juego. El fútbol, un deporte de equipo, contribuye a desarrollar una identidad común y a entender que, en la vida, ciertos éxitos sólo se consiguen con la colaboración del grupo entero. De esta manera, los pequeños van forjando su carácter y sacando lo mejor de sí mismos.

A sus 14 años, Brian Cruz es uno de los talentos salidos de esta cantera futbolística del este angelino. Su habilidad con el balón no pasó desapercibida para nadie. Y ahora se lo rifan equipos como el Manchester City y el LA Galaxy, que no dudó un momento en ficharle para las divisiones juveniles.

Su exentrenador, Carlos Martínez, cree que los padres de Brian han sido figuras claves en el éxito de su hijo. “Siempre le han llevado de un lado a otro para que pueda entrenar y aprender”.

Para Martínez –que además de ser entrenador es el encargado del mantenimiento de las instalaciones deportivas–, es importante que la historia de Brian no sea una excepción, sino un ejemplo a emular.

“A veces hay niños con mucho talento pero, a lo mejor, los padres no les apoyan. Se olvidan de que tienen un diamante en los niños”.

Pero Martínez, que sí reconoce el potencial de algunos pequeños, se enorgullece al ver cómo los más atrevidos realizan chilenas al más puro estilo Hugo Sánchez – esos golpes maestros que salían de las botas del ídolo mexicano, y que en su día le catapultaron al estrellato mundial en las filas del Real Madrid.

Gracias a las donaciones y a la generosidad de terceros, el Club de Niños y Niñas del Este de Los Ángeles presta ropa y calzado deportivo a los niños con pocos recursos económicos. De esta manera, la pobreza no es un factor excluyente para que los pequeños accedan a la práctica de diversos deportes. Aún así, para inscribirse en el Club, el niño paga una cuota anual de $10 –– dicha cantidad le permite participar no solo en el programa de fútbol, sino también en cualquier otra actividad deportiva o artística impartida en el centro.

Y quizá, lo más importante, es que la práctica deportiva va de la mano del buen rendimiento académico. Los supervisores se aseguran de que, cada tarde, los pequeños hayan completado las tareas académicas antes de saltar al terreno de juego. La disciplina académica y deportiva es, por tanto, el eje central de un programa para niños que pretende alzarse como un pasaporte a una vida más plena y saludable en el corazón del Este de Los Ángeles.

**Para inscribirse en el programa, diríjase a:

El Club de Niños y Niñas del Este de Los Ángeles (Boys & Girls Club of East LA)

Dirección: 342 N. McDonnell Avenue, Los Ángeles, CA 90022

Teléfono: (323) 263-4955